sábado, 8 de febrero de 2014

¡RECOMPENSAS PARA TODOS (y otras ideas que no funcionan)!

La mayoría de la gente que suspende tiende a echarle la culpa al profesor o a la profesora. Pues bien, habremos entonces de buscar algún método infalible para enseñar y que así la culpa no vuelva a ser de quien enseña, y, por lo tanto, nadie suspenda -si de verdad el fallo es de otros-.

Para buscar la manera más eficaz, nos basaremos en los distintos factores que afectan al aprendizaje. Comenzaremos tratando el conductismo: obtener una recompensa por hacer algo bien, en este caso, sacar buenas notas por estudiar. Empecemos.

Puesto que siempre la última recompensa ha sido aprobar y/o sacar buena nota y, en cambio, la gente sigue suspendiendo, deberíamos haber sospechado desde hace tiempo que esa no es motivación suficiente para muchas de las personas. Que lo debería ser. Pero no lo es. Y aquí estamos para que aprueben todos, así que a buscar más técnicas y más premios que saquen adelante a esta sociedad. Por lo tanto, si aprobar no es la recompensa, ¿qué lo es? Antes de llegar a ninguna conclusión, desengañaos, a la mayoría ya no nos mueve eso de "venga, ¡a quien salga le pongo un positivo!". Ya no hay gritos de euforia, si es lo que esperabais. Y no funciona porque es voluntario, porque nos volvemos cada vez más sedentarios y conformistas. Y si no funciona por ser voluntario, habrá que hacer algo que sea obligatorio. Y aquí encontramos los negativos y las notas de clase. No tendrían por qué ser diarios, claro, a ver quién aguanta preguntar a treinta y pico alumnos salvajes día sí, día también. Por el contrario, esto sí condiciona a tener todavía peor nota si no se hace lo mandado. ¿Y por qué habría de funcionar esto y no el hecho de suspender la asignatura directamente? Quién sabe, el caso es que funciona. Quizá decir en alto que se ha hecho algo mal intimide más.

Otra recompensa que no funciona es ceder ante los alumnos. Si cedéis una vez, ¿por qué no vais a ceder otras treinta? Y eso nosotros lo sabemos. Y eso vosotros lo sabéis. Y, si cedéis, está claro que no vamos a llegar a ninguna parte. Pero cuidado, que esto no es el ejército, y gritar nos alienta todavía menos. Para ello deberíamos buscar un punto medio, y aquí entra la imitación. Si se realiza una clase amena -que no cede ante ningún alumno- y se consigue una forma de enganchar a la clase, todo el mundo acabará interesado sin ningún motivo para intentar cortar la lección. ¿Y cómo se engancha a la clase?, os preguntaréis. No es tarea fácil, primer aviso. Segundo aviso, si veis demasiadas caras de tedio entre la multitud, habría que replantearse cambiar el método. Seguidamente, no se ha de agobiar o avasallar a los alumnos con preguntas, dudas, ejercicios, temario, más preguntas, más dudas, más ejercicios, más temario y más dudas que serán demasiadas como para seguir intentando buscarles respuesta. Y, finalmente, habrá que dar clase, que ha habido demasiados casos en los que el profesor o la profesora se ha ido por ramas que nada tenían que ver.

Para finalizar, siguiendo el método constructivo, la mejor forma de recordar lo que se da en clase sería a través de una forma significativa, es decir, explicando cada tema relacionándolo con algo con lo que estemos más familiarizados, ya que supongo que a nadie le gusta que le cuenten todo lo que ha de saber de seguido, que tenga que apuntarlo todo a la vez que explican eso y más, y luego como añadido tener que aprendérselo teniendo como único recuerdo lo monótono que fue ese día -que sí, que a clase no se va a montar fiestas, pero tened un poco de piedad-.

En conclusión, necesitamos una clase amena que, indirectamente, nos obligue a hacer nuestro trabajo y que, de alguna forma u otra, relacionemos con otras cosas que consigan que enganchemos más fácilmente lo que se ha enseñado.

Sea como fuere, todos sabemos que, si la gente no tiene ganas de por sí de aprender, nadie les hará cambiar de opinión. Por consiguiente, a lo mejor todo esto no sirve para mucho. Pero bueno, yo, por si acaso, lo intento.

2 comentarios:

  1. ¿Y no se podría probar con el aprendizaje por descubrimeinto?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto, también debemos ser capaces de razonar los ejercicios y solucionarnos a partir de nuestros conocimientos. En cambio, en parte prefiero conocer primero una explicación general y luego ir descubriendo cómo poder adecuarlo a casos más concretos; teniendo esa explicación general, es más fácil descubrir por qué se hace lo que se hace, puesto que muchas veces muchos ejercicios salen por caminos casuales sin haber conseguido comprender nada.

      Eliminar